El tenis para ciegos se juega en una cancha más pequeña, con una red a menor altura y con raquetas del tenis infantil, que tienen una superficie más grande para hacer contacto con la pelota y una empuñadora más corta. Se adhiere una cinta al piso, para que los jugadores puedan sentir los límites de la cancha con sus pies.
Los participantes emplean una pelota de hule espuma rellena de cascabeles, que suenan al impacto, lo que les permite ubicar la bola cuando rebota en la cancha o en otra raqueta. Una vez que un jugador hace el saque, el rival debe responder antes de que la pelota rebote tres veces en el piso.
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